Estoy seguro de que no existe nadie en España, por lo menos de mi generación, que no sepa lo que es un donut. Seguro que a casi todos, en más o menos ocasiones, nos dejaban disfrutar de una de estas rosquillas de masa frita con ese glaseado de azúcar. Personalmente a mí me traen recuerdos de la niñez, por eso la idea de hacerlos en casa intentando que se parezcan lo máximo posible al original me parece divertida y genial. No es la primera vez que los preparo, ni la primera receta que pruebo, pero esta que hoy he preparado es desde luego la que más se parece al donut de siempre. No voy a deciros que es exactamente igual porque no lo es, pero se acerca bastante al comercial que recordamos de pequeños. Definitivamente el toque de naranja y cardamomo es el secreto del éxito.
Si os preguntáis por su historia os comento que su origen más probable está en un bollo de aceite que se preparaba enHolanda sobre el siglo XVI, el olykoek. En un principio era un pastel con forma de bollo, sin agujero. Por problemas técnicos culinarios en aquella época era muy difícil conseguir que la masa quedara uniformemente frita, quedando la zona central cruda en casi todas las ocasiones. Como forma de solventar el problema se colocaban nueces en esta parte central para que al haber menos masa que freir quedase lo menos crudo posible. El origen de la palabra se debe precisamente a esta costumbre, los primeros emigrantes holandeses llegados a Estados Unidos comenzaron a llamar a este bollo dought nut, masa de nuez, derivando el vocablo hasta el actual donut. No fue hasta 1847 cuando a Hanson Gregory se le ocurrió la idea de hacerle un agujero en el centro al bollo para solventar de raíz el problema de la mala cocción (que seguía existiendo a pesar de todo). Ya sea porque no le gustaban las nueces o porque quería probar algo nuevo, este fue el momento en el que aparece el actual donut tal y como lo conocemos hoy en día.
En la actualidad los donuts son el desayuno clásico en Estados Unidos, de donde hemos importado las variedades con glaseados de colores y rellenos de mermelada, crema, chocolate… un sinfín de opciones. Yo me quedo con los nuestros, los de toda la vida con su glaseado de azúcar y aquí os dejo la receta para que la disfrutéis.
PREPARACIÓN DE LOS DONUTS
- En una cazuela calentamos la leche con una tira de piel de naranja hasta que hierva, así infusionamos la leche con el aroma de la naranja. Retiramos del fuego y dejamos templar. Reservamos.
- Abrimos las vainas de cardamomo y extraemos las semillas. Machacamos las semillas en un mortero. En un bol mezclamos la harina, la sal, el azúcar, la ralladura de la piel de la naranja y las semillas de cardamomo molidas. Mezclamos bien y reservamos.
- Cuando le leche esté templada la colamos y añadimos la mantequilla. Dejamos que se derrita, añadimos la levadura de panadero y removemos bien para integrar. Es importante que la leche esté tibia, no muy caliente para no cargarnos la levadura.
- En un bol grande batimos el huevo y le añadimos la leche con mantequilla y levadura, removemos bien. Echamos la mezcla de harina al bol de ingredientes líquidos y comenzamos a amasar, primero con la ayuda de una cuchara de madera y luego con las manos sobre una superficie ligeramente enharinada. Amasamos durante 10 minutos y volvemos a colocar la masa en el bol.
- Tapamos con un paño y dejamos que fermente durante 2 horas hasta que haya doblado su volumen. Para asegurarme del resultado lo que hago es dejar que la masa leve dentro del horno apagado pero previamente calentado a 25-30º. No siempre la temperatura ambiente ayuda para el trabajo de fermentado de masas, y así de esta manera no hay fallo.
- Estiramos la masa con un rodillo sobre la encimera previamente enharinada y la dejamos de un grosor de algo menos de 1 cm. Con dos moldes redondos, uno para el contorno exterior y otro para hacer el agujero de nuestros donuts, vamos cortando las porciones. Si no tenemos un molde específico para cortar pastas podemos emplear un vaso ancho para el círculo exterior y una tapa de plástico de cartón de leche por ejemplo, para hacer el hueco interior.
- Otra cosa importante a tener en cuenta a la hora de hacer las porciones es que debemos aprovechar la masa lo máximo posible la primera vez que la extendemos, ya que al juntar los recortes y volver a amasar el resultado ya no será el mismo. Nos quedarán unos donuts menos estéticos, más deformados, así que es importante intentar hacer el mayor número de porciones a la primera. Vamos colocando cada porción de donut sobre un trocito de papel sulfurizado para facilitarnos el trabajo de su manipulación. Es una masa bastante delicada y se deforma fácilmente.
- Una vez hechas todas las porciones es el momento de un segundo levado. Colocamos de vuelta los donuts en una bandeja, dentro del horno apagado pero tibio, durante 1 hora hasta que vuelvan a doblar o triplicar su tamaño.
- Ponemos a calentar abundante aceite en una sartén pequeña pero profunda. Cuando el aceite esté caliente, no demasiado, vamos colocando nuestras porciones. Freímos nuestros donuts a temperatura media durante 1-2 minutos por cada lado y retiramos a una bandeja con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Trasladamos los donuts a una rejilla hasta que se enfríen totalmente. Tenemos que tener mucho cuidado con la temperatura del aceite, porque es muy muy fácil que se quemen los donuts en un visto y no visto.
- Preparamos el glaseado batiendo el azúcar glass con el agua. Cuando los donuts estén fríos los sumergimos en el glaseado por ambos lados y devolvemos a la rejilla para que escurran el exceso y se sequen.
Os aseguro que quedan impresionantes, todo el mundo debería probar a hacerlos caseros por lo menos una vez en su vida, le saldrán amigos por todos lados.
Fuente de la información: http://www.recetasderechupete.com/donuts-caseros-como-preparar-donuts-de-azucar/9984/