Acabaron varios jugadores del Real Madrid por el suelo, agotados. Acabó Pepe lesionado; Coentrao, medio muerto y Di María, sin poder correr más. Terminó el Madrid la primera batalla con victoria, exhausto y feliz, orgulloso de lo hecho, del trabajo, de las ocasiones, del gol, de haber cegado al poderoso Bayern. Terminó el partido y parte del público se quedó cantando el «cómo no te voy a querer», al igual que lo habían cantado dos horas antes de que empezase. Fueron 90 minutos largos o se hicieron largos, sobre todo los últimos, con el Bayern volcado, Lahm ya en la banda y los blancos resistiendo y confiando en una carrera de Bale, suplente por la gripe. Lo de la Copa ha cambiado todo con el galés. Ahora se le tiene una fe profunda y a punto estuvo de llegar el segundo. Fue el Madrid de siempre, que pelea hasta el último segundo y que sabe que le queda la segunda parte de esta guerra. Dijo Ancelotti que a estas alturas de la temporada no había más remedio que sufrir. Va a tocar sufrir, sin duda, en Múnich, el martes que viene. Las semifinales de la «Champions» son esto. No cabe más emoción.
Ayer, 19 minutos estuvo el Bayern jugando en el campo del Madrid como carta de presentación. Un largo monólogo del estilo de Guardiola: apoyos constantes, toques cortos y presión para recuperar la pelota. Era el guión que se esperaba. El Madrid se defendía con orden y sacrificio y también, es verdad, sin muchos apuros, pero no conseguía sumar dos pases seguidos y veía como tierra lejana y prometida la portería de Neuer. El Bernabéu aplaudía cada pérdida rival, comprendía el esfuerzo de los suyos. Si todo seguía así, el encuentro iba a ser muy difícil. Pero enlazó por fin una jugada que empezó en Isco, continuó Ronaldo, llegó Coentrao (que está cerrando la temporada a un nivel incomparable) hasta el área y su centro lo marcó Benzema. No es que el equipo de Ancelotti marcase en la primera vez que tiró o en la primera vez que llegó al área, lo hizo la primera vez que pasó el centro del campo con sentido.
El duelo de ayer fue muy parecido a lo que sucedió el miércoles en la Copa, sobre todo por parte del Madrid. Los blancos han asumido su papel ante equipos que han hecho de la posesión una bandera. El Barça el otro día y ayer el Bayern, con la misma filosofía, pero con más variantes en el juego y con más futuro. Los de Ancelotti saben que tienen que ser un equipo compacto, en el que Xabi Alonso dirige las operaciones y todos obedecen y corren sin negar un esfuerzo. El partido de ayer de Alonso fue un monumento de lo que tiene que ser un mediocentro, cómo se dirige al equipo, se ordena y se le da alma. A sus órdenes, el Madrid es un conjunto profesional, ordenado y, sobre todo, tan voraz y peligroso como siempre. Porque marcó uno y pudo irse al descanso con alguno más. Durante los primeros 45 minutos, los locales tuvieron un 27 por ciento de posesión y pudieron tener la eliminatoria en el bolsillo si Di María hubiese rematado dentro un balón que se marchó alto o si Ronaldo hubiese dirigido bien un remate de cabeza. Decía Xabi Alonso antes del duelo, que la posesión vale si lleva a algún sitio. El Madrid quiere la pelota y la ha tenido mucho tiempo esta temporada. No ayer, porque no podía. Y sin embargo, no se le vio a disgusto. Se adapta a las circunstancias y con un poco más de puntería, el resultado hubiese sido mejor.
El Bayern fue un equipo para estudiar en la escuela de entrenadores desde su centro del campo hasta la línea del área del Real Madrid, donde Sergio Ramos y otra vez Pepe, lesionado, fueron dos colosos por alto y estuvieron siempre firmes por abajo. Apenas hizo ocasiones el equipo de Guardiola. La mejor en la segunda mitad, tras un fallo de Modric, y que paró Casillas, porque no hay partido en el que el portero del Madrid no tenga una. Salvó el tiro del delantero rival cuando el Bernabéu contenía la respiración. Todo se calmó más tras el descanso. El Madrid pudo tomar aire durante más tiempo, pero tuvo menos ocasiones. Múnich espera.
Ficha técnica:
1 – Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe (Varane, m.73), Sergio Ramos, Coentrao; Xabi Alonso, Modric, Isco (Illarramendi, m.82); Di María, Cristiano Ronaldo (Bale, m.73) y Benzema.
0 – Bayern: Neuer; Rafinha (Javi Martínez, m.66), Boateng, Dante, Alaba; Lahm, Kroos, Schweinsteiger (Müller, m.73); Robben, Ribery (Götze, m.72) y Mandzukic.
Goles: 1-0, m.19: Benzema.
Árbitro: Howard Webb (ING). Amonestó a Isco (57) por el Real Madrid.
Incidencias: encuentro de ida de semifinales de Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 85.000 espectadores. Presidió el partido el Rey don Juan Carlos.
Fuente de la información: http://www.larazon.es/detalle_normal_futbol/noticias/6182584/deportes+futbol/un-zarpazo-para-sonar#.U1jctfl_uSo